Hoy tienes dos opciones.
Puedes seguir como hasta ahora:
Invirtiendo en más cursos, escondiéndote detrás del rol de eterna aprendiz, dejando pasar oportunidades porque “aún no te sientes lista” atrapada en la disyuntiva de creer que debes elegir entre ser profesional y ganar buenas lucas, o seguir tu propósito espiritual y vivir justa.
O podrías tomar la decisión que lo cambia todo.